EL TRUCO PARA HACER UNAS DELICIAS DE MERLUZA CRUJIENTES POR FUERA Y JUGOSAS POR DENTRO
Lograr que los niños se aficionen a comer pescado puede ser difícil para muchos padres. A menudo, optamos por comprar productos precocinados, rebozados o empanados para complacer el paladar de nuestros hijos. Sin embargo, esta no es una buena costumbre, ya que estos alimentos no suelen ser muy saludables debido a su alto contenido en grasas y aditivos.
Por eso, es importante buscar alternativas más saludables y caseras, como la receta de delicias de merluza caseras. Estas delicias son una excelente opción para introducir el pescado en la dieta de los niños de manera más atractiva y nutritiva. Cuando las prepararamos en casa, tenemos control sobre los ingredientes y podemos garantizar una comida más equilibrada y saludable para toda la familia.
BOCADITOS CASEROS SALUDABLES
Además, estas delicias de merluza caseras no solo son beneficiosas para los niños, sino también para los adultos. Su proceso de preparación es bastante sencillo y rápido, lo que las convierte en una opción práctica para cualquier comida. Pueden ser una excelente elección para una cena ligera o como segundo plato, acompañadas de una ensalada fresca y nutritiva.
La merluza es un pescado muy popular debido a varias razones. En primer lugar, tiene un sabor suave y agradable que la hace atractiva para muchas personas, especialmente para aquellos que no son fanáticos de los pescados con sabores más intensos. Además, su carne es tierna y fácil de cocinar, lo que la convierte en una opción versátil en la cocina. Otra razón de su popularidad es su disponibilidad, ya que se encuentra en varios mercados y supermercados durante todo el año. Además, es un pescado que se presta bien a diferentes métodos de preparación, ya sea a la parrilla, al horno, en sopa o en guisos.
INGREDIENTES
Estos son los ingredientes que necesitas para hacer unas delicias ( o bocaditos) de merluza caseras:
- 8 rodajas de merluza
- Harina de trigo (suficiente para rebozar)
- 2 huevos (para rebozar)
- Aceite de oliva virgen extra (cantidad abundante para freír)
TROCEAR LA MERLUZA EN PORCIONES
Utilizando un cuchillo afilado, cortamos cada rodaja en cuatro partes, evitando el hueso central y eliminando las pieles. Es importante estar atentos a las espinas que suelen estar cerca de la piel y retirarlas completamente.
Cortamos la merluza en porciones más pequeñas, para que sean fáciles de manejar y comer, especialmente para los niños. Así también nos aseguramos que cada porción esté libre de espinas y pieles, lo que mejora la experiencia al comer.
SAZONAR AL GUSTO Y REBOZAR
Después de cortar el pescado, salamos ligeramente las porciones para darles sabor. Luego, preparamos dos platos: uno con harina de trigo y otro con huevo batido.
Además de la versión rebozada, se pueden empanar las delicias de merluza. Para ello, se siguen los mismos pasos de salado y se pasa cada porción primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. El empanado añade una capa crujiente y dorada que resulta muy atractiva para los niños.
LA FRITURA PERFECTA
Freído en aceite de oliva: Una vez que las porciones de merluza están rebozadas o empanadas, las freímos en una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra. El aceite debe estar lo suficientemente caliente para que las delicias se cocinen uniformemente y se doren por fuera, manteniendo su interior tierno y jugoso.
Para asegurar que las delicias de merluza queden jugosas por dentro y doradas por fuera, es fundamental tener el aceite bien caliente antes de comenzar a freír. Esto garantiza que las porciones de pescado se cocinen rápidamente y mantengan su humedad interna mientras adquieren un color dorado y crujiente en el exterior.
DORAR Y DEJAR ESCURRIR
El tiempo de fritura recomendado es de aproximadamente dos minutos por cada lado, calculado para rodajas de merluza de aproximadamente un centímetro y medio de grosor. Si las porciones son más delgadas, es recomendable reducir ligeramente el tiempo de cocción para evitar que se cocinen en exceso y se vuelvan secas.
Una vez que las delicias de merluza estén doradas y bien cocidas, se retiran de la sartén y se colocan sobre papel absorbente en una fuente. Esto ayuda a eliminar el exceso de aceite de fritura y a mantenerlas crujientes por más tiempo.
UN PLATO PERFECTO PARA TODA LA FAMILIA
Para servirlas, es ideal acompañarlas con una guarnición o ensalada fresca y llevarlas a la mesa mientras aún estén calientes para disfrutar de su sabor y textura óptimos. Este proceso completo de preparación asegura que las delicias de merluza caseras sean un plato delicioso y atractivo para toda la familia. Para aquellos que prefieren un toque adicional, se pueden acompañar con una salsa ligera como mayonesa o un chorrito de zumo de limón, que realzan su sabor sin restarle protagonismo al pescado.
Por otro lado, también es una excelente opción disfrutarlas sin ningún aditivo ni más acompañamiento, como mencionas, especialmente junto a una ensalada fresca y saludable. Por ejemplo, una ensalada de tomate, aguacate y albahaca aliñada con aceite de oliva virgen extra complementa muy bien las delicias de merluza.
LOS NIÑOS Y EL PESCADO
A los niños les cuesta acostumbrarse al sabor del pescado por varias razones relacionadas con su desarrollo sensorial y gustativo. Los niños suelen tener una mayor sensibilidad gustativa en comparación con los adultos. Esto significa que son más sensibles a sabores fuertes o desconocidos, como el sabor característico del pescado, que puede resultar un poco más intenso o peculiar para su paladar en desarrollo.
Desde edades tempranas, los niños tienden a tener una preferencia natural por sabores dulces debido a la asociación con la leche materna y otros alimentos energéticos. El sabor del pescado puede ser percibido como menos atractivo en comparación con alimentos más dulces. Si no han tenido experiencias positivas previas con el pescado o si no se les ha expuesto de manera regular desde una edad temprana, es más probable que les cueste acostumbrarse a su sabor.
LA exposición repetida y gradual al sabor del pescado, junto con estrategias para hacerlo más atractivo (como preparaciones sabrosas o acompañamientos agradables), pueden ayudar a los niños a acostumbrarse y desarrollar una mayor aceptación por este alimento.
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