La pasta es un alimento sumamente popular por su versatilidad, sencillez y efecto saciante. Boloñesa, pomodoro, carbonara o pesto son algunas de las salsas más comunes y clásicas pero son numerosas las combinaciones con las que nos podemos atrever en la cocina como estos fettuccine al limone. A priori, puede chirriar el uso del limón como salsa para una pasta pero realmente se consigue un plato aromático, de sabor delicado y con un toque ácido.
En esta receta utilizaremos fettuccine o pastas tipo tallarín como el tagliatelle o el parpadelle, características por ser largas y anchas. Las pastas largas, por lo general, se empapan mejor de la salsas, algo que viene al dedillo ya que esta salsa de limón es especialmente cremosa y algo líquida.
Esta receta resulta en cuatro raciones que costarán unos diez euros más o menos, o sea, la ración sale a menos de tres euros.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el limonero es originario de China o India y se cultiva en Asia desde hace más de 2.500 años. A partir del siglo X los árabes lo difundieron por la cuenca mediterránea. Fue prácticamente desconocido para griegos y romanos, y hasta la Edad Media no comenzó a ser consumido habitualmente. Siguió su expansión en el siglo XVI cuando fue introducido en el continente americano por los exploradores españoles.
El limón es una fruta cítrica que no debe faltar en las comidas por el alto contenido de vitaminas y propiedades que contiene. Es saludable y nutritivo, actúa como anticancerígeno natural y protege nuestro organismo gracias a la vitamina D.
Consigue mantener el equilibrio en el pH de nuestro cuerpo, estimula el hígado y ayuda a eliminar toxinas. Previene y elimina las piedras que se forman en la vesícula, así como los depósitos de calcio que pueden dar lugar a la formación de piedras en el riñón. También es ideal para el cutis.
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