EL SECRETO PARA UN DELICIOSO POTAJE DE VIGILIA Y ESCAPAR DEL FRíO CUMPLIENDO LA TRADICIóN

La tradición marca el paso en la Semana Santa, y la mesa no escapa a los hábitos. En Viernes Santo, día de vigilia, ayuno y abstinencia, según marca el rito católico. Por esta razón y con el ánimo de guardar las tradiciones, los comensales podrán degustar uno de los platos más típicos, pero delicioso, de estos días marcados por las lluvias torrenciales debido a la borrasca Nelson, que trae frío, nevadas y un viento endemoniado, de más de 100 km/h en algunos puntos.

Este potaje de vigilia suele comerse antes de la comilona del Domingo de Resurrección y es uno de los guisos más habituales de norte a sur de la Península Ibérica. Se trata de un plato sencillo, de fácil realización y con un sabor de los siempre si se siguen los siguientes pasos.

Ingredientes del potaje de vigilia para tres personas (ponga el doble si es para seis)

Un puerro

Un tomate

Medio pimiento verde si es grande

Una cebolla

Un par de dientes de ajo

150-200 gramos de bacalao

Un huevo

200 gramos de garbanzos

Un buen manojo de espinacas

Para su preparación, el cocinero tendrá que disponer de unas dos horas de cocción. Para iniciar el plato, se cuecen los huevos para dejarlos bien duros, sin yema alguna. Una vez pasados esos 10 minutos, se pelan y se apartan para dejar que se enfríen.

Antes de tener todo listo, además, hay que desalar el bacalao y poner en remojo los garbanzos al menos durante la noche anterior para evitar que queden duros como piedras.

Mientras los huevos se cuecen, se cortan las tajadas de bacalao, ni muy grandes ni muy pequeñas, lo justo para encontrarse los trocitos en el potaje para poder comerlas con la cuchara. El bacalao si puede ser fresco, mejor que mejor. Hay quien prefiere cortar este pescado en dados, otros en tiras finas para cortarlas después con la mirada, pero eso sí, mejor del lomo de bacalao, la parte más jugosa.

Una vez hecho, se procede a cortar las espinacas en trozos pequeños, como si fueran hebras de una hoja. Al mismo tiempo, se pone la olla a calentar un poco de aceite con la cebolla y el pimiento verde.

EL SECRETO ESTÁ EN EL SOFRITO Y EL BACALAO

Una vez comience a coger color, se procede a añadir el puerro picado. Todas estas verduras tendrán que pochar hasta que tomar el color esperado, un dorado transparente daría la señal a quien controla los fogones, pero para los más técnicos, con unos diez minutos sería suficiente.

En el siguiente paso se incorpora el tomate y el caldo de pescado. Una vez que el tomate haya espesado y deje de soltar agua, se tritura con la batidora en la misma olla.

EL POTAJE DE VIGILIA

Una vez vuelve al fuego se añaden las espinacas y el bacalao hasta que hierva durante unos cinco minutos.

Con los garbanzos, éstos se cuecen aparte para incorporarlos después a la olla. Los garbanzos secos, como se sabe, hay que dejarlos en remojo durante 24 horas y cocerlos al menos dos horas a fuego lento, o apenas 20 minutos en una olla expréss. Una vez hecho el garbanzo con los ingredientes, se introduce todo en la misma olla y se mezcla en la misma cacerola, sirviendo después a los comensales en el mismo puchero.

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