EL BAR DE SARRIà MáS FAMOSO POR SUS BOCADILLOS Y TORTILLAS CUMPLE 50 AñOS

Un bar que ha cumplido 50 años puede parecer un suspiro en el tiempo, pero para una cafetería y en Barcelona, es un mérito que dice mucho del local y de los clientes que han fidelizado sus desayunos y almuerzos a una carta con aroma de café recién hecho.

El Dole Café fue fundado por Domingo y Leandro –del padre el Do, del hijo el Le– un 11 de junio de 1974. En aquellos años, un local como este era más común, pero como la canción Resistiré , el Dole Café sobrevivió a los vientos de cambio de las urbes con ganas de cosmopolitismo y ha llegado a nuestros días como una institución del barrio de Sarrià de las que no se tocan, a no ser que se quiera una insurrección vecinal. Se puede afirmar que, hoy en día, lo cosmopolita es, por retro, el Dole Café.

El Popeye, un bocadillo de jamón ibérico, queso gruyer y espinacas, está entre sus especialidades

Una gran cafetera a modo de bienvenida y una barra larga que muere en la cocina del fondo forman el decorado de un local de unas medidas que hermanan a la clientela. Las planchas y los fuegos a todo gas las controlan Leandro y, a partir de las 11 de la mañana, su hija Miriam, con la seriedad de un intendente.

El Dole es famoso por sus bocadillos a la plancha y sus tortillas. La especialidad y el que siempre recomiendan es el Popeye, un bocadillo de jamón ibérico, queso gruyer y espinacas, que servirá para fidelizarse y volver con el fin de devorar el Blanc i negre, mezcla de butifarra blanca, butifarra negra y cebolla caramelizada. Preparar un bocadillo parece fácil, pero si lo haces bien, sirve para viajar hasta el patio del colegio, cuando la hora del bocadillo era más sagrada que el “tengui, tengui, falti” del intercambio de cromos.

Las tortillas se pueden degustar con cuchillo y tenedor o en una flauta tan afinada como la de un concertista del Palau. El secreto está en el mimo con que preparan las tortillas de patatas, de calabacín, de berenjenas, de alcachofas en épocas invernales y algunas con sorpresa, tal como mandan los cánones de las cartas que no quieren aburrir. Y me dicen que el embutido que utilizan lo traen de Balaguer.

Para quien quiera, hay menú de mediodía, pero el Dole es conocido por sus bocadillos fríos y calientes acompañados de, por ejemplo, unas bravas o una ensaladilla rusa. Y no quiero hacer un spoiler, pero después de un bocadillo, querrás otro.

El Dole Café no tendría sentido sin un buen café exprés o un capuchino o un cortado con la espuma justa para marcar bigote labial a la antigua y una bollería casera, aunque los cruasanes los traen de la pastelería Sacha, un sello de garantía para quienes les gustan los epílogos dulces sin edulcoramientos. Cruasanes de mantequilla, crema quemada, cabello de ángel, chocolate… La vida en un cruasán.

Para quien quiera disfrutar del Dole Café, que sepa que habrá fiesta de celebración por sus cincuenta años de existencia. Medio siglo de un local dels que fan ciutat , frase utilizada a tutiplén y que, en el caso del Dole Café, es de justicia porque en el local fundado por Domingo y Leandro todo sabe a clásica autenticidad.

Dole Café

DIRECCIÓN

C/ de Manuel de Falla, 16, Sarrià-Sant Gervasi, 08034 Barcelona

932 04 11 20

https://www.instagram.com/dolecafe/

2024-04-19T04:46:24Z dg43tfdfdgfd