ASí TIENES QUE HACER UN CHULETóN A LA BRASA, SEGúN MARTíN BERASATEGUI

Hoy te guiaré a través de una receta tradicional y llena de sabor: la chuleta asada con pimientos del piquillo confitados de Martín Berasategui. Prepárate para deleitar tus sentidos con los aromas irresistibles y los sabores auténticos que te esperan en cada bocado.

Acompáñame en este viaje gastronómico donde descubrirás los secretos de una preparación que ha pasado de generación en generación, brindándote una oportunidad única de experimentar la excelencia culinaria en tu propia cocina. ¡Es hora de ponerse el delantal y sumergirse en esta maravillosa receta que te transportará al corazón de la gastronomía tradicional!

Ingredientes para preparar el mejor chuletón a la brasa

Imagina una deliciosa combinación de sabores y texturas que despertarán tu paladar. Hoy te presento una receta que combina la suavidad de los pimientos del piquillo confitados con el sabor intenso de una jugosa chuleta asada. ¿Estás listo para sorprender a tus seres queridos con este festín culinario? Permíteme presentarte los ingredientes que necesitarás para esta aventura gastronómica:

Para los pimientos:

  • 2 latas de pimientos del piquillo de Lodosa, de excelente calidad.
  • Aceite de oliva para el confitado.
  • Media cabeza de ajo para realzar los sabores.
  • Sal gruesa para potenciar los matices.

Para la chuleta:

  • 1 chuleta de vaca de 1.800 g, cuidadosamente desprovista del exceso de grasa.
  • Una pizca de aceite de oliva para realzar su jugosidad.
  • 1 cucharada sopera de Armagnac, un toque de sofisticación.
  • 200 ml de jugo de asado, para crear una salsa irresistible.
  • Sal y pimienta recién molida, para sazonar al punto perfecto.

Ahora que conoces los ingredientes que darán vida a esta exquisita receta, es hora de sumergirte en el proceso de preparación.

Prepara los pimientos del piquillo confitados

Para comenzar a preparar esta deliciosa receta, debes elaborar los pimientos del piquillo confitados. Solo necesitaras seguir estos pasos: 

  1. Al abrir la lata, escurres los pimientos, reservando el jugo para más tarde.
  2. Luego, los colocas en una sartén amplia, asegurándote de que cubran uniformemente el fondo.
  3. Junto a los pimientos, añades los dientes de ajo sin pelar y los cubres con aceite de oliva.
  4. A continuación, los arrimas a fuego suave, permitiendo que surjan pequeños hervores en la superficie. Es importante controlar que la intensidad del fuego sea muy baja.
  5. Los dejas cocinar así durante aproximadamente 1 hora y media, dándoles vueltas constantemente con la ayuda de dos tenedores. Recuerda no pincharlos para que se confiten de manera uniforme.
  6. Durante el proceso, notarás que los pimientos enturbian el aceite y que se van acumulando pequeños rastros de jugo caramelizado en su superficie, mientras el aceite se va aclarando.
  7. Una vez que los pimientos estén confitados, es el momento de retirarlos del fuego.
  8. Los escurres con cuidado, procurando no romperlos, ya que estarán bastante frágiles y delicados.
  9. Luego, los colocas extendidos y escurridos en una bandeja de porcelana que pueda ir al horno, asegurándote de no amontonarlos, como si estuvieras resolviendo un puzzle.
  10. Para finalizar, con la ayuda de una brocha, los pintas con el jugo reservado de la lata y los horneas durante 20 minutos.

Para preparar el chuletón a la brasa: Precalienta el horno

Recuerda precalentar el horno a 180°C antes de comenzar. Asegúrate de haber dejado reposar la carne a temperatura ambiente durante al menos 24 horas. Esto garantizará que no coloques la carne directamente del frío al fuego, sino que esté atemperada en su corazón.

Para asar la carne, te recomiendo utilizar una cazuela baja y con una base amplia, conocida como sauteuse en la cocina francesa. Verifica que el mango de la cazuela sea de acero inoxidable y no contenga elementos de plástico, ya que lo introducirás en un horno caliente a lo largo de la cocción.

Paso 2: Coloca una cazuela con un poco de aceite de oliva

Coloca la cazuela a fuego fuerte con una pizca de aceite de oliva hasta que veas que el fondo se calienta y comienza a humear. Luego, posa la chuleta en la cazuela. Permite que la carne se tueste, permitiendo que la superficie y los jugos se vayan caramelizando.

Después de 4 minutos, volteas la chuleta y la rocías nuevamente con su propia grasa, para que se tueste durante otros 4 minutos. Retira la cazuela del fuego y coloca la chuleta en un plato o fuente caliente. Cúbrelo bien con una hoja de papel de aluminio y déjalo reposar durante 20 minutos.

Durante este reposo, los jugos internos se distribuirán por todas las fibras musculares. Gracias al calor externo, los jugos se concentran en el corazón de la pieza, por lo que el reposo garantiza que se distribuyan por todo el músculo.

Paso 3: Prepara el jugo

Mientras la pieza reposa, es momento de preparar el jugo. En la misma cazuela donde salteamos la carne, encontrarás jugos adheridos al fondo. Elimina la grasa acumulada en el fondo y vuelve a colocar la cazuela a fuego suave.

Cuando empieces a escuchar el crepitar del fondo, añade el Armagnac y déjalo evaporar durante unos segundos. Luego, vierte el jugo de asado para que absorba los sabores de la chuleta salteada. Deja que reduzca durante unos minutos y luego pasa el jugo por un colador fino hacia un pequeño cazo.

Paso 4: Coloca la chuleta a dorar

Es momento de limpiar la sauteuse para completar el salteado final de la carne. Vuelve a colocar la cazuela limpia a fuego fuerte, añadiendo solo unas gotas más de aceite de oliva. Una vez que esté bien caliente, posa delicadamente la chuleta en la cazuela. Solo necesitarás dorarla durante 4 minutos por cada lado, hasta que veas que las dos caras vuelven a caramelizarse.

Luego, introduce la cazuela completa en el horno, asegurándote de que la chuleta esté recostada sobre su hueso, es decir, de pie con las dos caras de la chuleta al aire. Esto garantizará una cocción uniforme y evitará que sea más intensa en la parte apoyada sobre la cazuela. Transfiere la chuleta a una tabla de madera para trincharla. Deja la chuleta en el horno durante aproximadamente 15 minutos.

Después, retírala cuidadosamente y cúbrela con una hoja de papel de aluminio para que repose unos instantes. De esta manera, lograrás que los jugos se mantengan en su lugar al momento de trincharla.

Paso 5: Sirve la carne acompañada con los pimientos

Toma un cuchillo afilado y separa cuidadosamente la carne de la chuleta del hueso. Trocea la carne en gruesos escalopes, asegurándote de retirar cualquier grasa o tejido quemado que pueda rodear la parte central de la carne.

Distribuye los trozos de carne en platos bien calientes y disfrútalos sazonándolos con cada bocado. De esta manera, conservaremos hasta el último momento los jugos que se encuentran en el interior de una buena chuleta. Acompaña la carne con los pimientos, los cuales puedes recalentar ligeramente en el horno y sazonar con sal gruesa y el jugo de carne que habíamos reservado previamente.

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